La inflación después de la pandemia fue una de las más altas en años en México, esto encarece la mayoría de los productos, incluyendo la canasta básica, sin embargo, los materiales de construcción fueron de los más afectados, lo que evidentemente encareció los precios para terminados, edificación, remodelaciones, entre otras.

Según datos del Registro Único de la Vivienda, en 2015 se construyeron 301,819 unidades, mientras que el 2022 cerró con 124,156 unidades, lo que representa una disminución de más del 50%. Edificar hoy en 2023, es 70% más caro que en 2015.

Desaceleración de precios

Fue en 2022 cuando se registró la mayor alza de precios, en mayo el incremento aumento 18.47% en comparación al mismo mes del 2021, la tendencia continuó hasta noviembre de 2022, donde los precios, comenzaron a desacelerar su alza, de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Productor del INEGI, abril 2023 cerró con un aumento de 3.58, el aumento de precios más bajo en 30 meses. Hay que entender que esto no significa que los costos están bajando, continúan en aumento, pero a un ritmo más lento. 

Los materiales más afectados por el impacto inflacionario

Entre los materiales que más sufrieron encarecimiento fueron acero, utilizado como base cara los cimientos de cualquier edificación, la madera, destinada para cimientos y terminados, el cemento y el hormigón, vital para toda edificación y el aluminio y vidrio, utilizado para acabados como puertas y ventanas. Lo que amortiguó el aumento de los precios en la industria de construcción fue que la mano de obra se mantuvo estable en costos. 

Preocupaciones del ramo inmobiliario

A pesar de que el aumento de precios de los materiales continúa, la desaceleración se ve con buenos ojos. La expectativa es que las inversiones inmobiliarias se mantengan a un ritmo sostenido o bien crezcan, pues todas las industrias en el país muestran indicadores positivos. Para saber más acerca de este y otros temas, visita nuestro blog y conviértete en un socio GIZP.