¿Por qué contratar un Corredor Inmobiliario?

Escuchando los comentarios de diferentes especialistas sobre artículos relacionados al mercado inmobiliario, es una constante encontrar opiniones adversas a la actividad  del  corredor inmobiliario y de las inmobiliarias.

¿Son justas esas apreciaciones?

Generalmente, están cargadas de enojo e insatisfacción originadas por una mala experiencia personal o en  la repetición de experiencias escuchadas de otras personas. Recordemos que la buena noticia (un usuario de una inmobiliaria que haya quedado satisfecho con su servicio)  se difunde muy despacio y una mala noticia tiene alas.

El centro  de la discusión son los honorarios y la aparente “facilidad” con la que hace el trabajo el agente inmobiliario, lo que lleva a pensar que se obtiene sin mayor esfuerzo una remuneración excesiva en  cada operación.

Como todas las actividades, si uno recibe un buen servicio el honorario queda justificado; cuando ocurre lo contrario, el honorario es excesivo, es por esto que para no sentirnos “explotados” debemos recurrir a profesionales en la materia.

Repasemos cuáles son las ventajas de que un corredor inmobiliario profesional certificado intervenga en una operación inmobiliaria:

Desde el punto de vista del Vendedor:

El corredor inmobiliario tiene una visión exacta de la situación del mercado inmobiliario en el área de influencia de su inmueble. Cuando el Corredor Inmobiliario prepara la tasación del inmueble realiza un estudio de mercado que da a la propiedad un posicionamiento real para su comercialización.

A su vez revisará la documentación del inmueble y pedirá los informes correspondientes al Registro Público de la Propiedad para asegurarle al propietario que la transacción se podrá efectuar sin inconvenientes.

de igual forma desarrollará un plan de comercialización de la propiedad, que incluirá: armado de ficha de presentación del inmueble, colocación de cartel, publicidad en Internet, publicación en medios gráficos, la circulación de la oferta a su red de contactos ( vendedores y compradores) y la organización de  visitas para mostrar inmueble.

Teniendo en cuenta el clima de inseguridad imperante, el Corredor pondrá cuidado en la precalificación de los clientes y en la organización de las visitas a la propiedad.

Cuando aparezca un cliente interesado en adquirir la propiedad, antes de entrar en la negociación el Corredor pedirá   establecer por escrito el contenido de la oferta y así llevar a cabo la negociación. El propietario queda protegido durante la misma ya que no se involucra en los pormenores de la negociación, interviene cuando las posiciones han sido depuradas y siempre tiene la última palabra para la aceptación o no de la operación.

La presencia de un Corredor contiene la ansiedad del propietario para encontrar el mejor escenario de negociación y buscar el mejor cierre de la operación.

En el caso de operaciones de alquiler, la actitud objetiva del Corredor permite elegir en base a datos ciertos (capacidad de pago del posible inquilino y calidad del inmueble dejado en  garantía, buro de incidencias legales del inquilino y del fiador etc.) el mejor inquilino porque a veces los propietarios se guían por indicios subjetivos que los llevan a una mala experiencia: ”los chicos tenían buena cara  y no pensamos que nos harían esto” (comentario de una clienta que recurrió por ayuda a nosotros cuando sus inquilinos dejaron de pagar).

El Corredor preparará los documentos a firmar, enterando  a las partes del contenido de estos, contestando objeciones y corrigiéndolos de ser necesario, evitando desencuentros en el momento de la firma.

En resumen, el propietario habrá pagado un máximo de 6% de comisión por recibir un servicio que protegió en todo momento el valor de su inversión.

Desde el punto de vista del Comprador:

Un interesado en comprar una propiedad, cuando se relaciona con una inmobiliaria, debe saber que dicha propiedad se oferta en el mercado teniendo toda su documentación en orden: no hay embargos ni inhibiciones que afecten la transferencia del dominio, ni habrá anormalidades con los propietarios (por ejemplo, titulares fallecidos, titulares que no están disponibles para la firma).

El Corredor Inmobiliario mostrará su oferta y si no es suficiente, a través de sus vinculaciones con el mercado, podrá buscar el inmueble más conveniente para la solicitud del comprador.

El Corredor podrá colaborar en la gestión de créditos hipotecarios  por sus vínculos con las instituciones crediticias.

Al encontrar el inmueble que le guste al comprador, buscará una posición negociadora que satisfaga a ambas partes -vendedora y compradora- en una estrategia de ganar-ganar

Cuando el comprador desea comprar un inmueble como inversión el Corredor tiene conocimientos suficientes del mercado para poder asesorarlo acerca de  la mejor opción. Si optara por comprar un inmueble para alquilar, generalmente le ofrecerá el servicio de administración de alquileres que le permitirá desentenderse de la relación con su inquilino y cobrar el alquiler como si fuera la renta mensual de una inversión a plazo fijo.

El Corredor asesorará al comprador o locatario acerca de la documentación a firmar y buscará el mejor momento para la firma de los contratos a fin de  garantizar la seguridad de las partes.

Muchos Corredores han incorporado servicios vinculados a la futura mudanza – remodelación del inmueble, seguros del inmueble, vinculación con oficios que resuelven problemas de la propiedad- ahorrando tiempo y facilitando la mudanza.

Por este servicio el comprador pagará honorarios de un 2% como máximo, y un locatario, un honorario equivalente a un mes de alquiler.

Por supuesto que para contar con todos los beneficios antes descritos debemos acercarnos a   un Corredor profesional:

  • Que se maneje con valores personales de:
    • Honestidad
    • Transparencia
    • Responsabilidad
    • Compromiso
    • Perseverancia
    • Prudencia
    • Vocación de servicio
    • Respeto
    • Calidad de Trabajo
  • Que tenga conocimientos del ejercicio de la profesión adquiridos con la experiencia y con la obtención de un Título Universitario.
  • Que cuente con la certificación avalada por la ley.

Si no lo convencen estos argumentos el propietario tiene la libre elección de vender el inmueble por su cuenta, para lo cual tendrá que dedicarle tiempo y aprendizaje sin poder garantizar un feliz término de su gestión, recordando el sabio refrán que a veces lo barato sale caro.